Como resultado de su situación geográfica,
Mexico es poseedor de una gran variedad de sistemas ecológicos en los que se desarrollan diferentes especies de flora y fauna silvestres. Por tal razón el territorio nacional ha sido considerado como una de las áreas más importantes del Continente Americano, en cuanto a biodiversidad se refiere.
De esta manera, nuestro país juega un papel importante para muchas especies que a el arriban, con el objeto de cubrir una o varias etapas de su ciclo biológico, como la ballena gris, las tortugas marinas, la mariposa monarca y diferentes especies de aves migratorias, entre otras; que por su singular belleza y atractivo generan desplazamientos de visitantes para observarlas en sus ambientes naturales.
Este es el caso de las tortugas marinas, que como parte de su ciclo reproductivo migran a las playas nacionales para efectuar el apareamiento y desove. De acuerdo a publicaciones científicas se suponen 8 especies reconocidas y aceptadas de tortugas marinas en el mundo, de las cuales 7 llegan a nuestras costas (tema en discusión por especialistas mexicanos): golfina; prieta o verde; laúd, caguama o jabalina; carey; lora o boba y la blanca.
Mexico como país en vías de desarrollo ha basado su crecimiento en la utilización de los recursos naturales, sumando a este hecho la expansión de las comunidades humanas, dando como resultado el deterioro de los ecosistemas. Esta perturbación ha inducido a muchas especies al riesgo de la extinción, como es el caso de la tortuga marina, cuyas poblaciones disminuyeron en forma alarmante, teniendose la necesidad de firmar un acuerdo de veda en mayo de 1990 para todas las tortugas marinas y sus subespecies, indicando que las que sean capturadas incidentalmente deberán ser devueltas al mar. Los resultados de esta medida podrán ser apreciados en el año 2000, cuando las primeras generaciones maduras regresen a las playas donde nacieron, para continuar con su ciclo biológico.
Las tortugas marinas son animales acuáticos de crecimiento lento y maduración tardía, altamente migratorias que se acercan a la costa para reproducirse formando grandes grupos frente a las playas de anidación. Son altamente vulnerables, pues se encuentran expuestas desde huevos hasta alcanzar su madurez a todo tipo de depredadores, tanto marinos como terrestres incluyendo al hombre cuya acción ha causado notables decesos en las poblaciones, principalmente en nuestra Costa Atlántica, debido a que aquí la pesquería se inició con mayor anticipación que en el Pacífico, sin embargo, este deterioro general motivado por la pesca sería un problema controlable si no se agudizan por el comercio ilegal de los productos de tortugas marinas y el deterioro ambiental provocado por el crecimiento turístico, industrial y los asentamientos humanos en las proximidades de las playas de anidación.
Lo anterior hace necesario ejercer un control cada vez más eficiente, así como conjugar y optimizar los recursos y esfuerzos que aplican las diversas instituciones involucradas con las tortugas marinas mediante la participación encauzada y comprometida.